Primera Entrega
Las emociones en la profesión, en el trabajo, en la familia
Todos sabemos lo que es emocionarnos, de una u otra forma lo venimos experimentando desde que nacemos y quizás antes también.
Cuando nos emocionamos nos sentimos distintos al minuto anterior y ese cambio es para muchos bien perceptible y nos damos cuenta cuando nos está pasando. Con más o menos grado de conciencia nos damos cuenta de que pasamos a estar alegres, tristes, enojados o con miedo, darnos cuenta de que experimentamos un cambio de emoción es inevitable, porque se siente.
Pero no todas las personas son conscientes o reconocen el tipo de emoción que están experimentando. En la mayoría de los casos no saber esto, no reconocerlo, se transforma en un problema relacional, “en relación” con otras personas, principalmente con seres queridos, en relación a mi entorno laboral, en relación a lo que espero que pase y no pasa, etc. etc.
De eso quiero hablar hoy y hacer algunos aportes que nos pueden ayudar a identificar si estamos experimentando una emoción o un sentimiento. Ambos son parte de un conjunto de fenómenos emocionales que nos referiremos en otras notas.
Comencemos por dos: emociones y sentimientos
Una emoción es la respuesta del organismo frente a los estímulos que recibimos continuamente y es una respuesta más compleja de la que podríamos suponer ya que de hecho incluye varios aspectos simultáneos: neurofisiológico, comportamental y cognitivo. (Bizquera, 2016)
Más adelante en una nota más específica, a medida que el lector introduzca distinciones en la temática abordaremos estos aspectos.
Un sentimiento se siente muy parecido, incluso igual, pero es distinto fundamentalmente en el aspecto que lo desencadena y posteriormente en la gestión del sentimiento. Entonces, puede sentirse parecido o igual pero su origen y su gestión radican distinto.
Notemos la diferencia
Llamamos emoción a lo que sentimos cuando estamos frente a un hecho en tiempo real. Ejemplo: nos damos cuenta que hemos perdido las llaves del auto, de la casa o la billetera, y sentimos algo; cuando estamos caminando por la noche y frente a una esquina oscura veo una silueta que no puedo distinguir; cuando recibo la noticia de que me aprobaron la beca, un crédito que necesitaba. Ambos ejemplos están ocurriendo en tiempo real y gatillan en nosotros respuestas emocionales, a estos le llamamos emociones.
Llamamos sentimientos a lo que percibimos cuando estamos pensando o meditando sobre un hecho que ya pasó o podría pasar. El hecho no está ocurriendo ahora. Estamos repasando por ejemplo lo sucedido antes de ayer en el trabajo con respecto a una injusticia; o también puedo estar pensando en el compromiso que tengo para el viernes, lo que tengo que preparar para ese compromiso, o que no tengo deseos de asistir, etc, etc. Llamamos sentimientos a lo que experimentamos cuando estamos reproduciendo una situación en nuestra imaginación.
Entonces una de las diferencias es el origen que desencadena en nosotros el sentir: uno es un hecho real y el otro un pensamiento o conjunto de pensamientos. Emociones y Sentimientos.
Conceptos similares
Es bueno aclarar en este punto que los investigadores, los científicos, los autores llaman a estos fenómenos de distintas maneras.
Emociones es igual a: emociones precognitivas o a emociones básicas.
Sentimientos es igual a: emociones poscognitivas o a emociones secundarias.
Cada investigador utiliza una expresión que concibió como buena, así que es de esperar no confundirlas y un punto para diferenciarlas de manera práctica es la siguiente.
Lo diferenciador de las emociones y los sentimientos es su origen, hecho o pensamiento y también derivado de esto es que las emociones nos habitan sin requerir de una acción cognitiva, sin razonamiento alguno, y los sentimientos requieren de pensamientos.
Las emociones no requieren de pensamientos para sentirlas, pueden ubicarse y registrarse segundos antes de cualquier pensamiento frente al hecho.
Los sentimientos siguen como consecuencia de nuestros pensamientos o meditaciones respecto de una situación, requieren de una acción cognitiva, de ahí el nombre emociones poscognitivas, que dijimos que es lo mismo que decir sentimientos o emociones secundarias.
Finalizando
Ahora podemos ser conscientes de qué nombre poner a lo que sentimos dependiendo de su origen, emociones o sentimientos, ya es un paso firme hacia adelante.
En la siguiente nota veremos quizás más elementos que diferencia a ambos y la gestión de estos fenómenos emocionales.
Las personas que tienen mucho “parloteo interior”, que viajan en su interior de situación en situación, de futuro al pasado y viceversa, están expuestas a sentimientos cambiantes y junto con esto, un profundo agotamiento emocional, en tanto y en cuando no tengan la habilidad de gestión emocional. El levantarse cansado puede ser una consecuencia.
Guarda este texto, compilalo, para leerlo después o para utilizarlo luego.
Posteriormente continúa:
*Gestión práctica de las emociones y los sentimientos.
*Los estados de ánimo.
*Reconocer los episodios emocionales.
*¿Qué me pasa que no sé qué me pasa?
*Distorsiones cognitivas que confunden mi sentir.
*Ansiedad, estrés y depresión.
*Ansiedad e impaciencia.
*Reconocimiento y gestión de la ansiedad y la decepción.
*Emociones y creatividad.
*Emociones y los estilos de liderazgos.
*Las emociones y la visión personal.
*Emociones y bienestar.
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